¿Alguna vez has notado cómo tu perspectiva sobre la vida influye en tus sentimientos y acciones? Esta idea está en la base de lo que los psicólogos llaman “creencias básicas del mundo.” Estas creencias fundamentales moldean cómo nos percibimos a nosotros mismos, a los demás y al mundo que nos rodea. Entender estas creencias puede proporcionar valiosas ideas para mejorar nuestro bienestar mental y nuestra felicidad en general.

Las creencias básicas del mundo dan forma a cómo interpretamos nuestras experiencias. A menudo se desarrollan desde una edad temprana y pueden ser increíblemente poderosas. Por ejemplo, si crees que el mundo es un lugar amigable, es más probable que tomes riesgos y explores nuevas oportunidades. Por el contrario, si ves el mundo como peligroso, podrías evitar los desafíos y quedarte en tu zona de confort. En el núcleo de las creencias básicas del mundo hay una pregunta simple: ¿Crees que el mundo es bueno o malo? Esta creencia principal afecta todo, desde tu estado de ánimo hasta tus relaciones.

Creer que el mundo es bueno te permite ver la vida llena de oportunidades, belleza y significado, fomentando el optimismo, la creatividad y la resiliencia. Por otro lado, si crees que el mundo es malo, podrías sentirte abrumado, ansioso o pesimista, enfocándote en los aspectos negativos de la vida. Tus creencias básicas pueden dictar cómo te sientes acerca de las situaciones cotidianas. Las creencias positivas tienden a llevar a emociones más felices, mientras que las negativas pueden fomentar sentimientos de tristeza o ansiedad. Si crees que el mundo es generalmente bueno, es más probable que te conectes con los demás, pruebes cosas nuevas y persigas tus objetivos. Si tu creencia es que el mundo es inseguro, podrías evitar nuevas experiencias y perder oportunidades. Además, las personas con creencias básicas positivas a menudo exhiben fortalezas como la gratitud y la curiosidad, cualidades que pueden mejorar significativamente tu bienestar general.

Además de creer que el mundo es bueno o malo, es importante explorar si vemos al mundo como atractivo e interesante pues esto significa que lo vemos como hermoso, fascinante, significativo, lleno de oportunidades y digno de ser explorado y esto nos permite cultivar la curiosidad, lo que no sucede si lo vemos aburrido y monótono.

Hay muchas otras creencias básicas del mundo y cada una de ellas tiene implicaciones importantes que impactan en cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con los otros y con el mundo que nos rodea. 

Nuestras intenciones, deseos y esperanzas impactan nuestra interacción con el mundo. Piensa cuál sería tu rol en el mundo dependiendo si crees que el mundo te necesita o no, que el mundo es justo o injusto, que es intencional o no conlleva una intencionalidad. 

Seguramente tu actitud sería muy distinta.

La buena noticia es que las creencias básicas pueden cambiar. Las experiencias de vida, la terapia y la autorreflexión pueden ayudarte a reconfigurar tu perspectiva. Por ejemplo, si has experimentado un trauma que te ha llevado a ver el mundo como hostil, buscar apoyo y participar en prácticas de sanación puede ayudarte a restaurar una perspectiva más equilibrada. Es importante encontrar un equilibrio en tus creencias; las visiones excesivamente optimistas pueden ser poco realistas, mientras que el pesimismo constante puede ser perjudicial. Apunta a una perspectiva realista pero esperanzadora, reconociendo tanto lo bueno como lo malo en la vida, lo que puede conducir a un mayor bienestar mental.

¡Únete a la transformación!

Este 23 y 24 de noviembre, en el encuentro internacional Hope Circuit, Jeremy Clifton, uno de los principales académicos en este campo, hablará sobre cómo nuestras creencias básicas afectan nuestro compromiso y proactividad para convertirnos en participantes activos de nuestra realidad. Esta es una oportunidad fantástica para explorar cómo cambiar tus creencias puede llevarte a una vida más plena y cómo puede ayudarnos a construir un mundo mejor.

Entender las creencias básicas del mundo puede empoderarte para tomar el control de tu salud mental. Al reflexionar sobre tus creencias fundamentales y su impacto en tu vida, puedes cultivar una existencia más positiva y satisfactoria. Ya sea a través de la terapia, la atención plena o simplemente siendo más consciente de tus pensamientos, cambiar tus creencias puede abrir nuevas posibilidades para la felicidad y el bienestar. Así que, tómate un momento para preguntarte: ¿Qué creo realmente sobre el mundo? ¡Tu respuesta podría cambiar tu vida!

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